España ha llegado al nivel de Italia, consiguiendo colocarse en el nivel máximo de impuestos a la propiedad dentro de la OCDE. Esto reflejado en la caída de tres puestos de España en el ranking de impuestos a la propiedad es una consecuencia de las reformas realizadas en el último año respecto a esta materia. Todo gracias a la aplicación de impuestos como la plusvalía municipal o el Impuesto sobre la Renta a los No Residentes por arrendamiento
España es de los pocos países que aplican numerosos impuestos que inciden en las viviendas como los impuestos sobre transacciones financieras o los Impuestos sobre Sucesiones y Donaciones.
Todo esto está causando que España baje en cuanto a competitividad dentro del mercado inmobiliario tal y como señala el informe de la Tax Foundation: “España tiene múltiples impuestos a la propiedad que distorsionan con gravámenes separados sobre transferencias de bienes raíces, patrimonio neto, herencias y transacciones financieras”.
Sin embargo, esta presión fiscal se ha suavizado gracias a las políticas que han llevado a cabo comunidades autónomas como Madrid que han aportado un mayor número de ayudas fiscales a la vivienda. Un ejemplo de ello, es la bonificación al 100% del Impuesto sobre el Patrimonio.
Sin estas políticas de las comunidades autónomas, España se colocaría como el peor país de la OCDE en cuanto a impuestos a la propiedad y a su vez, a la riqueza, ya que es el único país que posee un Impuesto sobre el Patrimonio y el que posee un mayor porcentaje en las tasas como ocurre en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.